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EL CAUDILLO DE ESPAÑA EN LA PALMA

DIARIO DE AVISOS
Santa Cruz de La Palma Miércoles 25 Octubre 1950
ARCHIVO: MARIA VICTORIA HERNANDEZ

EL CAUDILLO DE ESPAÑA EN LA PALMA
La Isla le tributó ayer un emocionado homenaje de gratitud y cariño
Fué una jornada inenarrable del patriotismo palmero
S.E. en el discurso del Ayuntamiento anunció la ampliación del puerto y la desviación del barranco de Dolores
Vinieron con el Jefe del Estado los Ministros de la Gobernación, Marina, Aire, Obras Públicas e Industria y Comercio


         Hay fechas en la vida de los pueblos que la pluma no es capaz de plasmar en las cuartillas con el esplendor que se quiere. Tal sucede con el día 24 de Octubre en la vida de La Palma. Día glorioso este en que el Caudillo Franco, Salvador de España, nos hace el honor de una visita y viene a esta isla acompañado de sus hombres de gobierno. Ocasión magnífica que el pueblo palmero ha sabido aprovechar adecuadamente y desbordando su entusiasmo todas las previsiones, tributa al Jefe del Estado el magnífico homenaje que ayer vivía la Ciudad, y la isla entera, testimoniando al Generalísimo cuanta es su fe, su gratitud, y su adhesión al hombre providencial que Dios nos deparó para salvar a España del caos en que paulatinamente se había ido sumiendo en los últimos tiempos.

         Y así ha sido, esta isla de La Palma, acogedora, noble, patriótica, agradecida, ofreció ayer el maravilloso espectáculo de rendir esos tributos del corazón y del espíritu al primer español, S. E. el Jefe del Estado, que ayer vivía unas horas entre nosotros recibiendo unánime y rendido homenaje.

         Desde el día 23 esta ciudad ofrecía el aspecto de las grandes solemnidades. Numerosos vecinos de todos los pueblos de la Isla pululaban por plazas y calles en actitud  espectante, mientras la población, paulatinamente, se vestía de gala. Flores, arcos, banderas, gallardetes, cortinas surgían por doquier. Las calles, los balcones, las ventanas todas y todos los centros oficiales y particulares lucían la gama multicolor de sus mejores adornos para recibir al Salvador de España.

        Desde el amanecer de ayer, y aunque la llegada del Caudillo estaba anunciada para las diez, el puerto y el espaldón, así como las confluencias del muelle con la Avenida Marítima, las carreteras del Sur y la calle de O'Daly se fueron llenando paulatinamente de público, que a las ocho de la mañana hacía ya difícil el acceso a aquella zona. A las siete y media se avistaron en el horizonte, en línea de fila, los destructores “Sánchez Barcaztegui”, “José Luis Diez» y “Almirante Valdés» que minutos después entraron en el puerto atracando al espigón y a cuyo bordo venían el Subsecretario de Educación Popular, Directores Generales de Seguridad y Prensa, Gobernador Civil de la Provincia, Jefes de Obras Públicas y Jefes de la Guardia Civil, entre otras personalidades provinciales, que fueron recibidas por los señores Delegado del Gobierno, Alcalde de esta Ciudad y otras destacadas personas. En tanto continuaba afluyendo al puerto una inmensa muchedumbre que por momentos se hacía más compacta imposibilitando el tránsito casi en absoluto.

           Minutos antes de las nueve y media se avistaron los cruceros “Canarias”, “Almirante Cervera” y “Galicia” en el primero de los cuales hacía viaje S.E. en unión de los Ministros de la Gobernación, Marina, Aire, Obras Públicas, Industria y Comercio, Capitán General de Canarias y Presidente de la Mancomunidad Provincial Interinsular de Santa Cruz de Tenerife. A las diez en punto fondeó el “Canarlas” en la bahía escoltao por numerosas embarcaciones empavesadas tripuladas por muchachos del Frente de Juventudes, que salieron a recibirlo fuera del puerto y a las diez y cuarto saltó a tierra S.E. siendo saludado por el Alcalde de la Ciudad y demás Autoridades insulares y locales de los diversos órdenes. Momento inenarrable este de pisar el Caudillo tierra palmera, pues mientras sonaban los acordes del Himno Nacional y las trapas, presentaban armas, una estruendosa salva de aplausos y los gritos de ¡Franco! ¡Franco! ¡Franco! llenaban el espacio con brillo de apoteosis. Seguidamente el Jefe del Estado pasó revista a los fuerzas del Batallón de Infantería La Palma núm. XXIX, que con Bandera y banda, le rindió los honores de ordenanza, presenciando después desde una tribuna levantada al efecto el desfile de las tropas, al mismo tiempo que se daba suelta a varios centenares de palomas mensajeras.

         En coche descubierto, acompañado del Alcalde de la ciudad, entró el Caudillo en la población y su paso por la calle de O'Daly, alfombrada con flores, hasta la plaza de España constituyeron unos emocionantes minutos en que el Caudillo sonriente correspondió a las aclamaciones de la multitud que se desbordaba por las bocacalles del trayecto y desde las ventanas y balcones, siendo insuficiente la calle para acoger a la inmensa muchedumbre que rompiendo el cordón de las fuerzas seguía al coche de S.E. a los gritos ininterrumpidos de ¡Franco! ¡Franco! ¡Franco!.

           Desde la plaza de España marchó el Caudillo a la Parroquia Matriz del Salvador entrando en el templo bajo palio, seguido de los Ministros, personalidades de su séquito y las Autoridades, cantándose una Salve. Desde la Iglesia se dirigió al Ayuntamiento, en constante ovación popular, donde tuvo un breve intercambió sobre cuestiones de la isla con las Autoridades referente a diversos problemas a resolver en La Palma, entre los que figuran la construcción de viviendas y terminación de las obras del Instituto Nacional de Enseñanza Media, recibiendo asimismo el saludo de diversas Autoridades, representaciones oficiales y particulares.

            La comitiva fué recibida en el atrio por el señor Alcalde, don Agustín Perdigón, quien pronunció un emocionado discurso en el cual \se ofreció la incondicional adhesión de la ciudad al Caudillo. Seguidamente y desde el balcón central del Ayuntamiento el Jefe del Estado pronunció, entre los vivas y aclamaciones de la multitud, el siguiente discurso:

      Ante todo -comenzó diciendo- mi gratitud por el recibimiento que me habéis dispensado. Hace catorce años que salí del Archipiélago y pese a mis ansias por volver, así como también antes por visitar esta bella Isla, no pude hacerlo pues no podía apartarme del cumplimiento de un alto deber (aplausos).

         Seguidamente hace referencia, con sentidas frases, a la conmoción geológica de un volcán y a la belleza del paisaje producto de otras tantas y anteriores convulsiones, preocupándose entonces por remediar en lo posible la situación creada (una ovación prolongada cortó las anteriores manifestaciones).

          Hoy tengo la satisfacción –prosiguió- de encontrarme entre vosotros a fin de conocer vuestras necesidades y problemas al objeto de resolverlos rápidamente (ovación y gritos entusiásticos de Franco, Franco, Franco). En este mismo año –prosiguió- se han aprobado dos proyectos, uno de las obras de desviación del Barranco de los Dolores hacia el de las Nieves al objeto de aumentar los lugares de expansión de la ciudad. En estos mismos momentos se está perforando uno de los macizos de vuestras montañas. Igualmente se procederá inmediatamente y con la mayor rapidez a la ampliación de vuestro puerto que es la base de la economía isleña. (Una delirante ovación casi ahogó las últimas frases del Caudillo de España).

           Después del discurso, y mientras en la plaza de España y calles convergentes se sucedían sin cesar las aclamaciones populares, el Presidente del Cabildo Insular señor del Castillo Olivares y el Alcalde Sr. Perdigón entregaron a S.E. documentados escritos relacionados con las inmediatas aspiraciones de las respectivas corporaciones, así como el Alcalde de San Andrés y Sauces, Sr. Martín González le entregó otro relacionado con el problema de aguas en aquel municipio planteado.

          A continuación abandonó el Jefe del Estado la Casa de la Ciudad y acompañado del Ministro de la Gobernación, don Blas Pérez González, subió al automóvil en que hizo viaje a los pueblos por él adoptados con motivo de la erupción volcánica del año último, seguido de otros coches que ocupaban los demás Ministros, Subsecretarios de la Presidencia y Educación Popular, Directores Generales, Autoridades y otras destacadas personas, dificultándose la salida de la caravana oficial por la avalancha popular que se agolpaba frente a la Casa Consistorial.

         Por la Avenida de José Antonio bajó S.E. a la Avenida Marítima admirando las obras del Parador de Turismo en construcción y siguiendo por la calle de Pérez Galdós hacia la carretera de Las Nieves, haciendo una breve visita a la Patrona de La Palma, la Virgen de las Nieves, en cuyo templo oró cortos minutos, siguiendo por la carretera de Velhoco hasta el Risco de la Concepción de cuyos panoramas hizo cálidos elogios, observando desde allí los terrenos que ha acordado adquirir e1 Cabildo Insular para el campo de Aviación de Buenavista, así como la carretera en construcción que por el túnel de la cumbre habrá de unir esta ciudad con los pueblos del Valle de Aridane.

         Desde el Risco de la Concepción hizo el Caudillo de España viaje directo a Fuencaliente de La Palma, parando únicamente breves momentos en Breña Alta y Mazo para saludar a los Alcaldes respectivos y recibir el homenaje de aquellos vecinos concentrados en la carretera, que tanto aquí como a lo largo del trayecto, agrupados a los bordes del camino, le ofrecieron vivo testimonio de su sincero júbilo y su adhesión inquebrantable.

         En Fuencaliente el Alcalde de aquel pueblo don Emilio Quintana, le saludó en la plazuela del General García Escámez, frente a la Cooperativa Vinícola, pronunciando palabras emocionadas de gratitud por la visita y la adopción y después una bella señorita de la localidad pidió al Caudillo que depositara el último racimo de la cosecha de este año en las estrujadoras y seguidamente pasó S.E. a la nave inferior probando los diversos vinos elaborados en cosechas anteriores y firmando en e1 álbum de honor de la Bodega.

         Continuó viaje el Jefe del Estado a los pueblos del Valle de Aridane, pasando por el sector de la lava del volcán de San Juan,



producido el año último, donde numerosos damnificados allí agrupados le ovacionaron a su paso; marchando hacia la Ciudad de El Paso




que le recibió en apoteosis de clamor popular bajo un original arco de triunfo levantado con lava del volcán de San Juan,



dándole la bienvenida el Alcalde Sr A Pino v seguidamente pasó a visitar la fábrica de tabacos "Capote" 



acompañado en el recorrido por las distintas dependencias por su propietario don Pedro Capote Lorenzo.  
       El Sr. Capote hizo espléndidos obsequios de sus elaboraciones al Caudillo, los Ministros y personalidades del séquito.

         Ya en viaje hacia Los Llanos de Aridane paró brevemente S E. en el Teatro Monterrey para visitar la exposición de sedas del país y el trámite de su confección, llegando a Los Llanos después de las dos y media de la tarde, siendo recibido a la entrada de la Ciudad por el Alcalde Sr. Lavers, las Autoridades y el vecindario en masa que llenaban por completo la Avenida del General Franco hasta la Plaza de España con incesantes vivas a España y los gritos de ¡Franco! ¡Franco! ¡Franco!.

         Es recibido el Jefe del Estado bajo palio, en la Parroquia de Ntra. Señora de Los Remedios, y después de la Salve se trasladó a la tribuna levantada en la citada plaza donde el Alcalde pronunció un patriótico discurso de salutación al que brevemente corresponde el Caudillo diciendo del valor de los combatientes de aquel pueblo en la Cruzada, que al igual que el de todos los hombres de España, que en la misma tomaron parte, hicieron posible la victoria y la paz con ansias infinitas de grandeza y superación que hoy disfrutamos. Dijo también el Caudillo que cuantas mejoras se habían solicitado serían realidad. 

         En esto acto la distinguida señorita María del Carmen del Castillo Olivares y de Sotomayor qué vestía de traje típico de la localidad acompañada de varias señoritas igualmente ataviadas ofreció a S.E. un bastón de mando, como Alcalde honorario de la misma, el diploma acreditativo y la Medalla de Oro.

       El Excmo. Cabildo Insular de La Palma ofreció a S.E. el almuerzo en el Ayuntamiento.

          Breve visita hizo el Caudillo a Tazacorte donde se le tributó entusiasta recibimiento y desde aquí regresó directamente la caravana oficial hasta la Residencia Militar de Oficiales, en Los Guinchos de Breña Baja, donde la oficialidad de los distintos cuerpos de la plaza le recibieron con desbordantes muestras de entusiasmo.

          En la Sala de la Residencia el señor Comandante Militar de la isla don Carmelo Llarena dijo al Caudillo en emotivas palabras de salutación y bienvenida, cuanto era el honor que significaba su presencia en aquella casa, haciendo breve relación de las históricas jornadas canarias anteriores al Movimiento y bajo su mando.

          El Jefe del Estado agradeció las palabras del Teniente Coronel y tuvo encomiásticas frases para el valor y la disciplina militar, poniendo de relieve las virtudes castrenses de la División Azul y tributando sentido recuerdo a los caídos en las campañas por la Patria.

        Los Jefes y Oficiales de la guarnición acompañaron al Caudillo hasta el coche entre vítores y aplausos, siguiéndole largo trecho.

         En el puerto S.E. presenció una  exhibición de la Agrupación folklórica del C.D. Mensajero y una representación de la típica Danza de Enanos, embarcando seguidamente en la gasolinera que le con dujo al “Canarias” oyéndose los vivas y aplausos de una imponente multitud enardecida de entusiasmo patriótico, que se prolongaron largo rato y se reproducían al embarcar los Ministros y las personalidades del séquito de S.E., mientras la población ofrecía un fantástico aspecto iluminada con bengalas de colores y atronaban el espacio centenares de cohetes.

         La jornada de ayer ha quedado para siempre incorporada a la historia de La Palma porque tiene mucho del auténtico españolismo de los isleños y de su amor y adhesión al Caudillo de España.