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CRONICA DEL CARNAVAL DE 1911, HACE CIEN AÑOS


CRÓNICA  DEL CARNAVAL DE 1911, HACE CIEN AÑOS
RECOPILACION DE DATOS: MARIA VICTORIA HERNANDEZ

          El  periódico Tazacorte, de la hoy Villa y Puerto, publica el 11 de febrero de 1911, HACE CIEN AÑOS, una pequeña reseña del carnaval pasense. Su autor es el maestro Esteban Beltrán  (Montoro-Córdoba 1854-1920), por esos años maestro de Tazacorte, quien asistió  al baile que tuvo lugar el dos de febrero en la ciudad pasense coincidiendo con los festejos del Carnaval. 

        Lo describe así:

       “Pero impensadamente me separo del objeto principal que me proponía que era enseñaros el camino de salvación y esta enseñanza os la va a proporcionar la juventud femenina del Paso a la cual tuve la dicha de conocer en el baile que se celebró en aquella ciudad el día dos de los corrientes.

       En el referido baile, que estuvo animadísimo, se presentó una numerosa comparsa de máscaras a cuyo frente marchaba con paso marcial y garboso una jovencita graciosa y radiante de salud y hermosura con un estandarte en la mano y cantando la siguiente letra que si en su composición se nota alguna deficiencia, la anulaba la afinación y gusto con que fue cantada por aquellas encantadoras y bellas mujeres que cual bandada de lindas mariposas inundó el salón.

“Venid todas a bailar
Al salón de esta ciudad,
Aquí siempre encontraréis
Amor y fraternidad.
Venid, venid sin temor
Que todos los que aquí están,
Son patriotas españoles
Defensores de “Zeluán”.
¡Muy bien, ciudadanas del Paso! Estamos conformes y coincidimos en que con el amor y la fraternidad, alcanzarán los pueblos y las naciones todas, la paz y la felicidad”.

DATOS BIOGRÁFICOS DE BELTRÁN

        Esteban Beltrán Morales (Montoro-Córdoba 1854-1920), según su biógrafo  José Lucena (Cronista Oficial de Montoro) fue cabeza visible de un grupo de personas interesadas por la mejora social y cultural. Fue un intelectual progresista montoreño que, como tantos otros protagonistas de su tiempo, dedicó sus esfuerzos a la mejora de la España finisecular tras los desastres del 98 y las escabrosas circunstancias del sistema vigente en aquella época.
Moderado y legalista en sus procedimientos de lucha, generoso y no exento de idealismo, anticlerical, revolucionario, humanista librepensador y republicano preocupado por la cuestión social son algunos de los rasgos del perfil personal de Esteban Beltrán quien, convencido de las necesidades de cambio y de las transformaciones que habría que emprender para regenerar desde las bases las caducas estructuras y desigualdades vigentes de la España de comienzos del novecientos, compuso varias obras con la finalidad de exponer sus ideas y de que éstas llegaran y calaran en las clases populares y más desfavorecidas.

        Autos de obras como Manolín, Socialismo Agrícola (2ª parte de Manolín), La razón entre obreros y burgueses y Los Luchadores, amén de infinidad de folletos y artículos publicados en diferentes medios como el periódico Tazacorte (1910-1913),  de la Isla canaria de La Palma dónde el montoreño fundó una escuela privada Laica-Librepensadora (1910). Hoy una calle de la Villa y Puerto lleva su nombre.